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Dos años sin Rafael

por Colectivo Adalquí | publicado en: ADALQUI, Control Social y Derechos Humanos, Derecho Indígena y Pueblos Originarios, Noticias | 0
25 Nov 2019

Con un fuerte reclamo de Justicia se recordará hoy lunes a Rafael Nahuel, muerto por la represión del grupo Albatros de la Prefectura Naval el 25 de noviembre de 2017, cuando efectivos ingresaron por orden del juez Gustavo Villanueva a la comunidad mapuche Lof Lafken Winkul Mapu, en la zona del Lago Mascardi y lo mataron por la espalda.

Cabe recordar que la Cámara Federal de Casación Penal anuló el procesamiento al prefecto Francisco Javier Pinto, acusado del homicidio de Rafael Nahuel, en base a un informe pericial realizado por Gendarmería que avala la hipótesis del enfrentamiento en Villa Mascardi, donde Rafael fue asesinado.

Aquel 25 de noviembre, el mismo día que Santiago Maldonado estaba siendo velado, Rafael Nahuel de 22 años ingresaba sin vida al hospital Ramón Carrillo producto de un disparo por la espalda de un arma calibre 9 milímetros.

La comunidad Lafken Winkul Mapu integrada por unas cincuenta familias en la zona de Villa Mascardi en Bariloche, desde el día 23 de noviembre de 2017 eran desalojadas por orden del Juez Villanueva, ante una denuncia de Parques Nacionales y la Justicia ordenaba un operativo conjunto compuesto por el grupo Albatros de Prefectura Naval Argentina, la Policía Federal y Gendarmería para efectuar el desalojo. En un video qiue circuló por las redes sociales en aquél momento, se puede observar el enorme despliegue represivo: más de 450 efectivos para desalojar a cincuenta familias.

Dos días más tarde Rafael Nahuel, «Rafita» como le decían era asesinado y otras dos personas resultarían heridas también por armas de fuego.

Este lunes 25 y el martes 26, se realizarán diversas actividades en recordatorio en la ciudad de Bariloche, de las que participarán familiares, vecinos, comunidades mapuches, organizaciones sociales, sindicatos y referentes políticos.

El lunes habrá una concentración a las 17 horas en Onelli y Moreno para marchar luego hacia el Centro Cívico y el martes, desde las 10, se convocó a una concentración en el Juzgado Federal.

rafa 2 años CON CRONOGRAMA

Nota Publicada en el portal En estos días

Cara a cara con el asesino de Rafael Nahuel

El Cabo Primero Francisco Javier Pintos sigue libre, a dos años del asesinato del joven mapuche. Contactado para un documental, dijo: “Yo hice lo que tenía que hacer frente a la Cámara de Casación Penal”, el Tribunal que revocó su procesamiento por homicidio agravado. Por Santiago Rey

Francisco Javier Pintos, Cabo Primero de la Prefectura Naval Argentina e integrante del grupo Albatros, se pasea tranquilo en bicicleta por la localidad bonaerense de San Fernando. En bicicleta va diariamente desde la casa en la que vive hasta la sede de Prefectura, donde sigue prestando servicios.

Un uniformado de esa fuerza se queda haciendo guardia permanente frente a su vivienda. Los vecinos lo conocen como “el pibe que trabaja en Prefectura”. Tal vez esos vecinos no sepan que hace dos años, Francisco Javier Pintos disparó unas 50 veces con dos armas con proyectiles 9 milímetros, y que una de esas balas mató por la espalda a Rafael Nahuel.

Seguramente no sepan que “el pibe que trabaja en Prefectura” integraba el grupo de elite de esa fuerza que el 25 de noviembre de 2017 ingresó a la comunidad Lafken Winkul Mapu en Villa Mascardi, y desató una persecución y una cacería.

O tal vez sí lo sepan porque escucharon a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, defender el accionar de los Albatros y decir que Pintos actuó bajo “legítima defensa”, a pesar de las pruebas que se acumulan en el expediente y que demuestran la desproporción de la fuerza utilizada por los efectivos de Prefectura.

Si lo saben, parece no importarles mucho. Pintos sale diariamente de su casa, saluda a la custodia, y se sube a la bicicleta que lo lleva hasta la sede de Prefectura. En la puerta de esa vivienda en San Fernando, a mediados de octubre, lo ubicó el equipo que trabaja en el documental “Una casa para siempre” -sobre la vida y asesinato de Rafael Nahuel, y que se estrenará en 2020-, y este fue el diálogo:

– Periodista: Yo quería conversar con Usted por el tema de Rafael Nahuel.

– Pintos: ¿Usted quién es?

– Periodista: Santiago Rey, soy periodista. Quería conocer su versión sobre lo que había sucedido.

– Pintos: Yo no puedo dar ningún tipo de información. Voy a avisar a mi abogado que Usted vino, porque vino a mi domicilio, con qué necesidad.

– Periodistas: La de conocer su versión de lo que sucedió.

– Pintos:  Di las explicaciones correspondientes a la Fiscalía, el Juzgado, y la Cámara de Casación Penal.

– Periodistas: Yo no soy juez ni abogado, soy periodista.

– Pintos: Yo no puedo hablar hasta que mi abogado me autorice. Hable con mi abogado.

– Periodista: Rochetti. ¿A Roquetti le paga Prefectura o Usted?.

– Pintos: Háblelo con el abogado.

– Periodista: Hay muchas preguntas que quedaron pendientes por el accionar de Prefectura ese día…

– Pintos: Yo no tengo que dar explicaciones, ya di explicaciones a la Cámara de Casación Penal.

– Periodista: ¿Usted confía que la Justicia lo va a dejar libre?

– Pintos: Yo hice lo que tenía que hacer frente a la Cámara de Casación Penal. Ya se hizo lo que teníamos que hacer y ya…

– Periodista: ¿Y Usted cree que hizo lo que tenía que hacer el día que asesinaron a Rafael Nahuel?

– Pintos: Lo voy a contestar cuando esté el abogado, no voy a contestar nada. ¿De que medio es?Periodista: Se llama En estos días.

-Pintos: En estos días… ya sé cuál es.

-Periodista: Creo que la familia de Rafael merece una explicación…

Pintos no respondió, pero preguntó “¿usted le estuvo sacando fotos a mi domicilio?”. Inmediatamente, abrió la puerta de la casa, metió la bicicleta e ingresó.

Dos días después de ese encuentro, la Sala III de la Cámara de Casación Penal -ante la cual Pintos “hizo lo que tenía que hacer”-, revocó el fallo que lo había procesado por homicidio agravado y dejó vigente la resolución que le imputa “homicidio cometido en legítima defensa”. El escandaloso fallo reedita la versión del Gobierno nacional sobre la existencia de un “enfrentamiento armado”.

Las apelaciones presentadas y por presentar, llevarán el caso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. La familia de Rafael Nahuel tendrá que esperar aún mucho tiempo para saber si conseguirán que se haga justicia.

Rafa

Rafael Nahuel no andaba en bicicleta. Le gustaban los caballos, y por eso, cuando las changas en herrería lo permitían, salí con su papá Alejandro a buscar leña en el carro tirado por una yegua.

No tenía una casa en San Fernando sino una pequeña casilla de madera que levantó con sus manos en el barrio Nahuel Hue de Bariloche. Una casa sin gas, calefaccionada con una salamandra que se nutría de la leña que él mismo buscaba.

No tenía custodia la casa de Rafael, pero a la vuelta viven Graciela y Alejandro, sus padres, y Ezequiel, su hermano menor por el que tenía devoción, y casi todos los días pasaba por la puerta y pedía que pongan la pava, que iba a ir a tomar unos mates.

No tuvo Rafael una ministra que lo defienda, pero sí una comunidad que empezaba a sentir como su familia y con la cual quería ir a vivir. Y tenía una identidad y un lugar que empezaba a sentir como propios; un territorio ubicado en Villa Mascardi, a unos 30 kilómetros del centro de Bariloche, donde quería construir su ruka, su casa para siempre.

Comunicado de la Mesa Coordinadora del Parlamento Mapuche Tehuelche de Río Negro

Rafael Nahuel, dos años

La bala que mató al peñi Rafael Nahuel hace dos años en la Comunidad Lafken Winkul Mapu es la misma bala que mató a Camilo Catrillanca hace un año en Gulu Mapu y fue disparada por el Estado. Esa bala, que tiene un largo recorrido en la historia de nuestro territorio, llego a la espalda de Rafael disparada por Valdivia, Pedro de Mendoza, Rauch, Gral. Roca, Bullrich. Pinochet, Videla, Piñera, Macri, otra vez Bullrich y una lista interminable de nombres que hoy son próceres patrios. Es una bala que atraviesa la historia de los Estados, perpetrando un genocidio constante, con el objetivo de apropiarse del territorio para venderlo, privatizarlo, expoliarlo, devastarlo en beneficio de unos pocos que a veces ni siquiera habitan este territorio.
Así, la historia se repite, Potosí otrora cuna del oro y la plata que se llevaron toda a Europa dejando miseria y muerte, hoy se llama Salar de Uyuni buscando el litio; o Vaca Muerta sacando el petróleo usando los métodos más nocivos para el territorio y su gente. En esa codicia interminable contaminan todo, corren comunidades, matan cerros, ríos, animales y personas, sino lo hacen con mentiras a través de los medios de prensa, lo hacen con la injusticia de la Justicia, acompañadas por las fuerzas de seguridad; si eso no alcanza, implantan dictaduras sanguinarias como en Bolivia hoy, o gobiernos de derecha como Piñera, Bolsonaro, Macri que bajo el amparo de una supuesta democracia se disponen borrar de la faz de la tierra a todos los pueblos originarios. Mientras la gran mayoría de estas sociedades, hijes de esa historia Indígena por excelencia, sufrimos las consecuencias.
Una sociedad construida por el Estado, que oculta su origen indígena, que desprecia su origen indígena, se construye sobre la mentira, el odio, la marginación, el racismo y la exclusión. Que es evidente a través de gestos cotidianos a veces imperceptibles, pero siempre violento y asesino. Para los pueblos originarios no hay Verdad, Memoria y Justicia y entonces no construimos una sociedad de iguales.
Esta dura realidad de quinientos años tiene a los pueblos originarios de toda latinoamerica resistiendo la avanzada voraz del capitalismo deshumanizado y atroz. Los costos de esta lucha lo pagamos con sangre. Las estadísticas son contundentes. Referentes comunitarios o miembros de comunidades que se oponen a hidroeléctricas, petroleras, negocios inmobiliarios, energéticos, mineros, de monocultivos o reivindican territorios, son asesinados por sicarios o por el mismo estado con sus fuerzas de seguridad, en el mejor de los casos somos judicializados, perseguidos y encarcelados.
Porque defendemos el territorio y todas sus vidas, es que nos oponemos a estos proyectos de muerte. Vienen como siempre bajo el argumento del progreso y el bienestar, escondidas en leyes de Tierras Fiscales, Leyes de Bosques, en decretos que posibilitan la extranjerización de la tierra, sus recursos y en definitiva permiten la concentración del territorio en desmedro de las comunidades y de la sociedad toda.
Hoy latinoamérica indígena se revela, resiste la colonización, el genocidio y es el germen de todas las revueltas populares en américa. Mientras resuenan las últimas palabras de Tupac Katari antes de ser asesinado “volveré y seré millones” y del Toki Calfucurá, “En los hijos de mis hijos me levantaré” expresamos que la lucha es la dignidad de los pueblos que se niegan a desaparecer, frente a la opresión de los Estados.
Hoy en Puel Mapu a dos años del fusilamiento por la espalda del peñi Rafael Nahuel denunciamos que no tenemos Memoria, denunciamos que no tenemos Verdad, denunciamos que no tenemos Justicia. La gravedad institucional que representa este asesinato impune, el dolor de la familia, la comunidad y el Pueblo Mapuche no tiene recepción en la sociedad. Parece que matar a un Mapuche no es tan grave, y esa indiferencia también duele y nos interpela como sociedad.
Hoy el Pueblo Mapuche exige Memoria, Verdad y Justicia!!! Basta de persecución!!! Ni un Muerto más por defender el Territorio!!!
Parques Nacionales es responsable!!!
La Prefectura es responsable!!!
Pintos es responsable!!!
Bullrich es responsable!!!
Macri es responsable!!!
El Estado es responsable!!!
Curru Leufú , Puel Mapu, 25 de noviembre de 2019.

Fuerzas de seguridad, Prefectura Naval Argentina, Rafael Nahuel, Recuperación de territorios

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