Columna del Col·lectiu dels Països Catalans Viedma-Patagones. El pasado 11 de septiembre, la manifestación independentista de la Diada, por octavo año seguido, ha vuelto a ser multitudinaria. Decenas de miles de personas llenaron la Gran Vía, la plaza España de Barcelona y sus calles adyacentes, y clamaron por la unidad estratégica, por la independencia y por la libertad de los prisioneros políticos catalanes.

Manifestantes de todo el país se concentraron en el primer acto contra la sentencia -presumiblemente condenatoria de gran parte de su gobierno y líderes sociales- que vendrá del Tribunal Supremo español. La Guardia Urbana estimó que se concentraron alrededor de 600.000 manifestantes.

Terminado el acto, el Tsunami Democrático desplegó por sorpresa dos pancartas en las torres venecianas de la plaza España. ‘Organizamos la respuesta a la sentencia’ y ‘# TsunamiDemocràtic’, decían las pancartas, colgadas por voluntarios del cuerpo de bomberos.
Diada en Catalunya: ¿qué es el 11 de septiembre?
¿Cual es el sentido histórico de la Diada de Catalunya?. ¿Qué representación social y política tiene en la actualidad, para los pueblos marginalizados de los estados del capitalismo global?
La Diada, como fiesta nacional de Catalunya, recuerda y conmemora un último día de libertad nacional. En el marco de la “guerra de sucesión española” para escoger un nuevo rey, Barcelona fue sometida por las fuerzas borbónicas durante meses, hasta que fue definitivamente derrotada el 11 de setiembre de 1714. La victoria borbónica conllevó la abolición de las instituciones catalanas y la persecución sistemática de su pueblo.

La narrativa reivindicativa del 11 de septiembre de 1714, comenzó con los escritores de la Renaixença. Por caso, Víctor Balaguer, en su Historia de Catalunya y de la Corona de Aragón escribió:
“Así fue como sucumbió Catalunya. Peleó y combatió hasta el último momento en defensa de sus libertades patrias. Sea venerada siempre por los descendientes de aquellos esforzados varones la buena memoria de los que prefirieron morir antes de renunciar a la libertad, y sean los que sucumbieron en la lucha, mártires de su deber, un ejemplo y modelo dignos de ser imitados y seguidos por las generaciones futuras”, decía el escritor, periodista y político.

Si bien desde finales del siglo XIX y hasta los años próximos al bicentenario, se pudo comenzar a conmemorar el 11 de septiembre como un día trascendente de la vida social catalana, la Diada sería prohibida a partir de 1923, con la dictadura encabezada por Primo de Rivera.

Fuente: Vilaweb.cat
Imágenes: Colectivo Adalquí – Copolis.