Durante la mañana de hoy, se produjo un incendio en una de las viviendas del Barrio Unión de Viedma. Al tratarse de un asentamiento urbano irregular, el incidente volvió a recrear una “tradición” mediática: la estigmatización.
Las coberturas describen cómo luego de las 6 de la mañana se desató un incendio en una de las viviendas a causa de una supuesta falla eléctrica. También mencionan como las llamas habrían alcanzado a dos viviendas linderas.
Según la edición digital del matutino local Noticias de la Costa, en la “casilla” donde se originó el incendio “se encontraba una madre soltera con sus pequeños hijos y afortunadamente resultaron ilesos”. La crónica no especifica si la totalidad del núcleo familiar se salvó de las llamas, o si los afortunados “ilesos” fueron los niños a pesar del estado civil de su madre.
Lamentablemente, no se puede asociar la inexactitud gramatical con la premura de la noticia. Tampoco caer con el peso de la crítica al ocasional redactor de turno. Las palabras, usos y construcciones de sentido que se utilizan son parte de la “tradición mediática” de los medios locales a la hora de abordar los acontecimientos ocurridos en los barrios, ocupaciones y asentamientos irregulares. Los giros lingüísticos son grageas de la intencionalidad editorial del matutino respecto de la problemática.

Otro de los medios que le dio cobertura la hecho fue LU 15, una de las emisoras radiales de amplitud modulada de la Capital rionegrina. En su portal digital, publicó que “una casilla precaria” fue presa de las llamas; y que según vecinos del lugar estimaban que “el origen de las llamas puede estar en los problemas energéticos que son comunes en el barrio”, o en una descarga eléctrica según “señaló una pobladora”.
La crónica no registra observaciones u ampliación de información respecto de la frecuencia de ese tipo de incidentes en el Barrio Unión. Tampoco datos específicos de las circunstancias que llevaron a la “pobladora” a instalarse en la ocupación.
Para mayor precisión, las viviendas afectadas fueron tres. Aunque las coberturas así no lo describan, hubo víctimas: las tres familias que ahora no poseen ni techo, ni vestido, ni pertenencia alguna.
El Barrio Unión
Conocido también como la “toma del Inalauquen” – complejo de monoblocks lindero -, el barrio Unión surgió durante fines de 2011 y principios de 2012. La “toma” es una de cuatro grandes ampliaciones urbanas irregulares que tuvieron lugar en la ciudad de Viedma desde 2008 a esta parte.
Ocasionadas por la imposibilidad de acceso a viviendas dignas de la población, sea por medio de políticas públicas en materia de hábitat, o por los mecanismos establecidos en el mercado local, las familias que viven en el Barrio Unión, son expresión de la exclusión social. Son el “dato” que corrobora los procesos de migración interna producto de la imposibilidad de sobrevivir en sus lugares de origen, a partir sucesivos despojos de territorio y de la destrucción de las economías regionales.
Son también el reflejo local de la dinámica mercantil en materia de hábitat y vivienda. Los motivos por los cuales una familia resuelve radicarse en un asentamiento irregular no sólo obedece al “sueño de la casa propia”; sino que es el emergente del cadalso del hacinamiento; los altos precios de los alquileres; los costos de viviendas excesivamente caros para una familia trabajadora; y la instrumentación de políticas públicas en la materia que sólo cobijan a núcleos familiares que pertenecen al sector formal del trabajo.
Sólo en Viedma, desde 2008 más de 700 núcleos familiares (alrededor de 3 mil personas) accedieron a la tierra a partir de ocupaciones y asentamientos urbanos informales. Según información oficial, dada la ultima convocatoria del municipio para la inscripción en loteos próximos a realizarse, se inscribieron 3.300 núcleos familiares para acceder a 342 lotes.
Para la comunidad de 52 mil habitantes de la Capital provincial, estos datos significan que alrededor del 30% de la población tiene dificultades al acceso al hábitat urbano. Si embargo, la burbuja inmobiliaria no se toca, y las políticas en la materia permanecen en su lógica habitual. No es casual entonces, que las familias resuelvan los problemas a partir de la propia gestión de las soluciones.
Sobre éstas, la institución aplica una lógica criminalizante y segregativa que agrava las condiciones de existencia de esas familias. Por tanto, que los medios realicen las coberturas señaladas parecería formar parte del anecdotario. Sin embargo, se siembra por goteo un sentido y una carga sobre esas familias.
Estos fenómenos mediáticos no son irreversibles. Sin embargo, la única manera de dar vuelta el cuadro de situación, es entender que no existen coberturas ni descripciones “objetivas” o “inocentes”.
Fuentes: Diario Noticias de la Costa, y portal digital de LU 15 AM.
Fuente de imagen cabecera: Noticias Río Negro
Fuente Imagen cuerpo: Diario Noticias de la Costa